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Aunque suelo radiante te suene a algo impoluto, brillante y bonito, el término se refiere a un suelo con sistema de emisión de calor y de frío debajo del pavimento, preparado para regular la temperatura de forma agradable y efectiva en todo el suelo y así disfrutar de una sala bien acondicionada.

Este sistema de climatización requiere de una reforma integral si ya es un suelo pavimentado, pero es necesario saber los tipos de sistema que existen y las ventajas que aportan a todo el recinto.

Para que te hagas una idea general de cómo es posible una climatización tan avanzada, invisible y cómoda, te indicamos los tipos de suelo radiante que existen:

Suelo radiante de agua:

este modelo es capaz de desprender calor y frío, adaptándose a todas las estaciones del año de forma satisfactoria. Con una instalación de tuberías por debajo del mismo suelo, en invierno el agua calienta este sistema y da calor por el suelo y las paredes, mientras que en verano, este suelo es capaz de absorber el calor y llevarlo al exterior a través de la capa de mortero y de los propios tubos.

Es compatible en construcciones individuales y colectivas, además de funcionar con muchos tipos de energía las típicas de carbón o gas natural, y también renovables como la biomasa, solar o geotérmica, entre otras.

Incluso, necesita menos temperatura de trabajo para conseguir el objetivo, por lo que la energía gastada para ello es mucho menor que con un sistema de calefacción corriente. Las calderas tendrán menos trabajo (necesitan 80º con calefacción normal, mientras que con el suelo radiante necesitan 40º).

Por lo que, además de la comodidad y modernidad de este poderoso sistema, una de las ventajas que más vamos a notar es la del consumo de energía y su correspondiente gasto, ahorrando cada mes mucho dinero.

Con unos componentes básicos en todos ellos, como son el film antihumedad, un panel que aísla el calor, tuberías de polietileno reticulado y mortero cerámico o laminado, dentro de los suelos radiantes de agua hay más tipos: estándar, rápido y extrafino.

El otro modelo es el eléctrico, con ventajas diferentes a la vez que notables como que se puede instalar solamente en una parte de la casa, con una instalación muy rápida, con garantía de por vida y de bajo consumo (alrededor de 150W por metro cuadrado).

Solamente tiene dos componentes: la malla con los cables necesarios para su funcionamiento y el aislante térmico.

Aunque seguro que ya has visto muchas ventajas del suelo radiante, es mejor desglosar las mismas explicando el porqué es mejor decantarse por este modelo de climatización.

Ahorro:la economía es uno de los factores más a tener en cuenta en una inversión en casa, y con estos suelos te ahorras un 20% en la factura de los gastos energéticos domésticos. La eficiencia es una garantía con este montaje.

Ecología: el respeto por el medio ambiente es considerable. Al gastar menos energía, el impacto de CO2 vertido al medio disminuye, consiguiendo uno de los propósitos más inculcados en los últimos tiempos.

Comodidad: el confort también se gana con una temperatura agradable y constante, que sea similar en todas las partes de la casa y no se quede almacenado todo el calor en la parte de arriba y el frío en la de abajo. Se consigue una equidad térmica en todos los espacios, siendo una vía mayor de bienestar en el espacio casero.

Estética: como has podido imaginar, este sistema queda escondido debajo del suelo, por lo que las paredes quedan libres de calefactores y aparatos de aire acondicionado que reducen espacio a la casa y pueden suponer una dificultad para colocar cualquier mueble que, con el suelo radiante, es posible posicionar sin problema.

¿Estás interesado en embarcarte en este proyecto para tu espacio diario? Para ello, consulta por presupuestos y tiempos de instalación, seguramente la adaptación a tu casa sea sencilla y se pueda colocar este sistema de climatización en poco tiempo para llegar un nivel de modernidad, confort y ahorro pocas veces pensado anteriormente.

Eso sí, ten en cuenta que es una buena reforma, por lo que tienes que planear alternativas para esos días en los que el suelo de tu salón esté levantado.