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Elegir los muebles para tu hogar no es tarea sencilla, hay gran variedad de estilos, de colores y de modelos. Cada habitación requiere una determinación diferente en base a su función, no es lo mismo decorar la cocina que el baño. Por ello es importante seguir un orden de consideraciones: tipo de luz, tipo de suelo, forma de la habitación, posición de las ventanas, etc. En este caso nos vamos a centrar en la decoración del baño, algo que puede resultar de menor trascendencia ya que los elementos principales son siempre los mismos. Sin embargo no es así, es una de las habitaciones de uso más frecuente y decorarla con mimo determinará la energía que se respira en este espacio de intimidad.

Lo primero a tener en cuenta es el tipo de suelo y su color en conjunto con las paredes, ambos determinarán el estilo que guiará nuestras elecciones. Esto no quiere decir que haya limitaciones o normas estéticas obligatorias, sino que es un punto de partida para nuestra creatividad. Otro factor será el tipo de luz (si es natural o no) y el color de la misma (si es más blanca o amarilla). No hay que olvidar que también estas decisiones han sido nuestras previamente tomadas, una bombilla no debe suponer una limitación pero sí puede suponer un motivo. Lo siguiente será la forma y tamaño de la habitación, ello condicionará la distribución de los muebles, su forma y su tamaño.

Teniendo en cuenta estos tres pilares fundamentales (tamaño de la habitación, calidad de la luz y el color de suelos y paredes) ya podemos centrarnos en la elección de los colores de los muebles de nuestro baño. El color blanco siempre será la opción base por la luminosidad que aporta y las amplias posibilidades a la hora de combinar este color con cualquier otro, incluso con patrones tanto en azulejos como en baldosas. Además, este color incluye una gran variedad de matices: color crema, blanco sucio, brillante… Todo ello se verá influido, a su vez, por el tipo de material ya que no es lo mismo un blanco brillante en mármol que un blanco mate. El color claro es una apuesta segura que brindará a tu baño luminosidad y la sensación de limpieza y pureza que se hace indispensable para un cuarto de baño. Si tu cuarto de baño es pequeño, los colores claros aportarán una mayor sensación de amplitud.

Una clave a tener siempre en cuenta es elegir la tonalidad y el brillo de un color en función a los demás, es decir, elegir un color más brillante cuando su entorno (suelos y paredes)  sea más apagado y viceversa. No todo vale, si la tonalidad de las paredes, por ejemplo, es color crema o apagada, no debes elegir el mismo color para los muebles. Por el contrario, si es estampada y colorida, no quedará bien colocar unos muebles llamativos con dibujos o estampados que no resulten armónicos. Hay que tener presente, en todo momento, la función del baño y qué papel ocupa en cada casa, al igual que no es lo mismo disponer de una bañera que de un plato de ducha, también los colores que utilicemos dirán mucho de nosotros y de nuestro estilo de vida.

Sin embargo es cada vez más frecuente la ruptura del estilo clásico en favor de estilos más novedosos, de colores variados que abren un abanico de posibilidades estéticas. Esta temporada prima el minimalismo y un estilo moderno con aire rústico. Esto trae una predilección por los colores claros que persiguen conseguir la mayor calidez para nuestros espacios. Los colores tierra y materiales como la madera son muy buenos aliados como también lo son los colores naturales (verde o azul). Conseguir, además, que la naturaleza forme parte del estilo a través de los colores, supondrá un éxito decorativo.

Es importante tener en cuenta que los colores y la luminosidad influyen en nuestros estados de ánimo. Los colores se respiran, por ello es importante encontrar aquellos que nos hagan sentir más cómodos y serán diferentes en función de cada estancia. Hay consideraciones a tener en cuenta que van más allá del simple gusto, al fin y al cabo hay que conseguir hacer de nuestro baño un lugar donde relajarse y disfrutar.