Como cada año, la empresa de referencia a nivel mundial en cuanto a colores se refiere, Pantone, ha emitido su veredicto: el color de 2018 es el ultravioleta. Si el año anterior observábamos con placidez cómo la tendencia de tonos verdes (entonces fue el greenery el color coronado) inundaba el mundo de la decoración y la moda, este año toma el relevo un color mucho más… misterioso.
La Vicepresidenta de Pantone, Laurie Pressman, justificaba la elección del ultravioleta arguyendo que en la actualidad “estamos viendo el miedo a seguir adelante, al tiempo que presenciamos cómo las personas están reaccionando ante dicho miedo”. Por ello, y siguiendo las palabras de Pressman, el ultravioleta “ha llegado a significar mucho más que ‘lo que es tendencia’ en el mundo del diseño. Realmente es un reflejo de lo que se necesita en nuestro mundo de hoy en día”.
El ultravioleta (un violeta intenso, tirando a oscuro) es símbolo de misticismo, sensualidad y transformación. No en vano, la amatista, una de las piedras preciosas más carismáticas y recurrentemente utilizadas en la decoración de centros relacionados con la salud (consultas terapéuticas, salones de masajes, etc.), posee este precioso color (que varía en intensidad dependiendo de la acumulación de hierro en su interior). Así, a la amatista se le atribuyen propiedades relajantes y liberadoras de energías negativas. Y, por extensión, estos valores son también asociados al violeta.
Nada hacía presagiar que este curioso color sería el que marcaría tendencia en 2018. Digamos que el ultravioleta, aunque lleva siendo utilizado desde tiempos inmemoriales tanto en la decoración de interiores como en el moda, siempre ha pasado bastante desapercibido (podríamos decir que algo similar ocurre con el marrón). Sin embargo, esta característica oculta uno de los valores más destacables de dicho color: su capacidad para ser combinado con infinidad de otros colores y texturas. Dicho de otro modo, el ultravioleta es increíblemente versátil: según los casos, puede ser utilizado para reivindicar cierto carácter rebelde, para asentar una pretendida sobriedad o bien para añadir elegancia al conjunto al que decidamos adherirlo.
El ultravioleta en el hogar
La gama cromática en la que se diversifica el ultravioleta es amplísima, por lo que no tendremos problema a la hora de combinar distintos tonos, jugando con sus intensidades, para utilizarlos en la decoración de las distintas estancias de nuestra vivienda. No hace falta decir que su uso no queda reducido a la pintura de las paredes, sino que podemos introducir sus diversas tonalidades en infinidad de elementos dentro de una estancia, jugando a combinarlas entre sí o con otros colores (aunque, en este último caso, deberemos ser cautos y tener muy claro cuál es la sensación que pretendemos emitir).
Como decíamos, además de en las paredes, podemos incluir el ultravioleta en nuestra decoración a través de muebles, luces, cortinas, plantas, velas, cuadros, colchas, alfombras, toallas e incluso, por qué no, electrodomésticos. Los principales colores con los que el ultravioleta casa a la perfección son los granates y rosas. Asimismo, si queremos generar sensación de contraste intenso solo tendremos que enfrentarlo al blanco. Otro color con el que podemos jugar a la hora de combinar el ultravioleta es el gris. En este caso, las posibilidades que se abren son inmensas, puesto que subiendo por la escala cromática de ambos colores y haciendo pruebas podemos obtener resultados muy gratificantes. Por ejemplo, puedes probar a mezclar tonos suaves de ultravioleta con tonos suaves de gris, o bien mezclar tonos intensos de un color con tonalidades más ligeras del otro.
Ultravioletas duros y ultravioletas blandos
Dentro de la amplia gama del ultravioleta encontramos tonos oscuros (como el morado, el berenjena o el bizantino). Estos colores proporcionan una sensación de profundidad, contundencia y elegancia, por lo que son aconsejables sobre todo para estancias en las que pasamos mucho tiempo, y habitualmente en compañía, como el salón, la cocina o el despacho. Por otra parte, en la zona ligera del ultravioleta hallamos tonos tales como el lila, el malva, el parma o el lavanda. Estos tonos generan una sensación más relajante, de sosiego y tranquilidad, por lo que son más propicios de cara a teñir estancias tales como los dormitorios o el baño.
En el caso de que el ultravioleta te resulte un tanto violento a priori pero quieras darle una oportunidad, te aconsejamos que, para empezar, introduzcas solo un pequeño elemento de dicho color en alguna de las estancias de tu hogar (un ramo de violetas, una pequeña alfombra, etc.). Tal vez después de unos días, las serenas vibraciones de este majestuoso color terminen por convencerte de sus poderes y te animen para que lo expandas a otros rincones más amplios de tu hogar.