¿Acabas de comprar una casa y tienes la sensación de que se te cae encima debido a sus pequeñas dimensiones? No te preocupes, con los siguientes consejos podrás aprovechar el espacio de cada estancia al máximo. Solo es cuestión de pararse a pensar, tener un poco de creatividad y no dejarse vencer por el agobio.
Empecemos con algo en apariencia muy obvio: convierte tus paredes en grandes estanterías. Es decir, coloca los estantes de modo que vayan desde el suelo hasta el techo, y de un lado a otro de cada muro en cuestión. Haz esto en cada una de las habitaciones (¡incluso en el baño!), considerando de antemano qué colocarás en cada estantería (para dejar más o menos espacio entre las baldas cuando construyas las repisas).
Otro truco muy recurrente es colocar espacios de almacenamiento en zonas altas, como por ejemplo encima de las camas o en el aseo. Aunque tu casa no tenga techos altos, siempre se puede ganar espacio si pensamos en la versatilidad de la verticalidad. Quizá necesites tener una escalera siempre a mano para acceder a los nuevos desvanes (o altillos), pero será un detalle sin importancia que te compensará cuando observes el nuevo terreno conquistado.
Si tu casa es bastante diáfana y necesitas separar los espacios, plantéate utilizar materiales trasparentes, de cara a que pase la luz y la sensación de amplitud sea mayor. Hay infinidad de materiales en el mercado que pueden servirte: cristales matificados, bloques de vidrio… e incluso cemento transparente. Otra opción en esta línea es colocar cortinas traslúcidas, estores o varillas metálicas, que además de no suponer un obstáculo para el paso de luz favorecerán la ventilación.
Y una solución que aúna varias de las ideas comentadas en los anteriores párrafos: separa las distintas estancias de tu hogar con grandes estanterías de materiales robustos. De este modo estarás matando dos pájaros de un tiro. Por una parte, conseguirás segmentar el espacio a tu antojo, pudiendo reubicar los muebles cuando desees y, así, reconfigurar las habitaciones en poquísimo tiempo y sin esfuerzo. Y, por otra parte, estarás ganando un espacio valiosísimo para el almacenaje (piensa en que las estanterías para este uso pueden albergar objetos por sus dos caras).
Por supuesto, si tu vivienda se presta a ello, piensa en tirar alguno de los muros. Aunque parezca una solución drástica y engorrosa, en la práctica no resulta cara ni demasiado complicada de llevar a cabo. En esta misma línea, te aconsejamos que cambies tus antiguas puertas por paneles corredizos. Ello aumentará la amplitud de forma considerable, al favorecer la entrada de luz y el flujo de aire.
En la cocina, puedes ganar espacio utilizando cajones o baldas retráctiles para colocar sobre ellos ciertos electrodomésticos. Por ejemplo, puedes colocar el microondas encima de uno de estos cajones debajo de los fogones. Asimismo, puedes sustituir tu antigua mesa por una barra. Esta solución no solo es práctica sino que suele dotar a las cocinas de un aspecto mucho más desenfadado.