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El éxito a la hora de llevar a cabo una reforma depende de tres factores fundamentales:

1.- el cliente que contrata el trabajo
2.- la empresa que lo vaya a coordinar
3.- los materiales que se van a necesitar para llevarlo a cabo.

El cliente:
El cliente tiene que planificar su tiempo, que muchas veces está condicionado por su trabajo o circunstancias personales, para poder concretar los aspectos de la reforma.
Hay que ser realista. Necesitarás, dependiendo de la envergadura, al menos tres o cuatro meses para que tu obra haya finalizado.
Pero, si lo que de verdad deseas es sacar el mayor provecho de tu espacio y tus recursos, no cometas el error de pensar que por ahorrar unos euros puedes prescindir de una asesoría profesional. Al contrario, aparte de ahorrarte todos esos quebraderos de cabeza, tendrás la completa certeza de que habrás aprovechado al máximo las posibilidades de tu casa, mejorado su imagen e incrementado en gran medida su valor.
Es importante por ello que la obra te la realice un profesional o una Empresa que te merezca toda la confianza. Ten en cuenta que de su buena decisión dependerá tu humor (malo o bueno) de los próximos meses y el resultado de lo que tanto soñaste.

La Empresa:
Si se trata de una Empresa que pueda coordinar todos los gremios, facilitará mucho el trabajo al conocer a cada profesional que pueda intervenir. Incluso podrá hacer cierta presión a cada gremio, para cumplir plazos de ejecución y de finalización. Desde que se inicia la obra, la empresa será su contacto permanente. Y es sólo a esta a quien conviene dirigirse (nunca a los operarios o subcontratistas).
Es importante que la Empresa nos indique un plazo aproximado de inicio y finalización de la reforma, que, aunque puede ser flexible, no debe extenderse demasiado en el tiempo. La experiencia de la empresa será la suficiente para establecer estos plazos de ejecución, siempre y cuando aspectos que no se pueden prever, trastoquen los planes, como huelgas del proveedor del material elegido, retrasos del proveedor, errores de ejecución, aspectos legales, etc. No se gana absolutamente nada con un control casi “policial” sobre la obra. Sólo se genera por ambas partes tensión, tedio y desconfianza.
El cliente debe concertar citas en la vivienda y en la exposición donde se comenten el desarrollo de los trabajos, se opine sobre temas y tiempos pendientes, se elijan las cosas que faltan, colores, los adicionales surgidos y todo lo que se crea conveniente.
Desde que se inicia la obra, la empresa será su contacto permanente. Y es sólo a esta a quien conviene dirigirse (nunca a los operarios o subcontratistas).

Los materiales:
Elementos esenciales en la reforma, tenemos que tener claro cuales vamos a utilizar y es vital elegirlos con antelación al inicio de la reforma. De esta forma evitaremos la falta de disponibilidad durante el desarrollo de la reforma y los consiguientes retrasos para toda la cadena de funcionamiento de los trabajos de cada gremio.

El equipo de decoración le asesorará en todo momento, descubriendo sus necesidades presentes y futuras. Juntos desarrollarán el proyecto de su vivienda, distribución, aprovechamiento de espacio…adaptado a su estilo, consiguiendo una coordinación y orden de todos los materiales empleados.